Dai, la ‘stablecoin’ amada por todos no es tan estable como prometía
En el mundo de las cadenas de bloques (blockchain), la reina del momento es Dai, una criptomoneda estable (stablecoin) basada en Ethereum. Esta moneda digital utiliza contratos inteligentes para ajustar su propia distribución con el fin de mantener su valor estable frente al dólar estadounidense. Sus defensores la ven como una parte crucial del sistema financiero descentralizado. En teoría, un sistema de este tipo lograría que los servicios financieros, como los préstamos, fueran accesibles a cualquier persona sin acceso al sistema tradicional, por ejemplo, porque no tiene una cuenta bancaria o un historial de crédito.
Aunque Dai, desarrollada por una compañía llamada MakerDao, está muy de moda en este momento, algunas noticias recientes sugieren que su futuro no es del todo seguro. A finales de marzo, la asesora principal de activos digitales en la división de finanzas corporativas de la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC, por sus siglas en inglés), Valerie Szczepanik, sugirió que algunas de las llamadas “criptomonedas estables” podrían ser vistas como valores. Eso las sometería a unos requisitos reglamentarios estrictos y costosos.
Hay tres categorías de stablecoins, destacó Szczepanik. Una está respaldada por activos reales como el oro, otra por dinero fiduciario de la cuenta bancaria del emisor, y la tercera es la de Dai que depende de unos mecanismos más complicados para mantener la estabilidad de los precios.
Aunque Szczepanik no dijo que ninguna de las categorías pudiera librarse de esta condición, parece que sí se centró más en la tercera. En su opinión, las monedas que dependen de “algún tipo de mecanismo de fijación de precios” para mantener su valor, pueden entrar dentro del ámbito de la SEC, responsable de proteger a los inversores de fraudes y estafas. La responsable explicó que , si una criptomoneda estable está sujeta a “algún grupo central que controla la fluctuación de los precios con el tiempo”, eso “podría llegar al terreno de valores”.
En diciembre, los fundadores de un proyecto de stablecoin “algorítmico” llamado Basis, que por entonces ya había recaudado 119 millones de euros de empresas de capital de riesgo de alto perfil, culparon a la Ley de Valores como la razón de su cierre abrupto. Sus creadores afirmaron: “Tener que aplicar al sistema la regulación de valores de EE. UU. tuvo un grave impacto negativo en nuestra capacidad para lanzar Basis”. Aunque Dai funciona de forma distinta, y sus partidarios argumentarían que no está centralizada en absoluto, la descripción de Szczepanik fue lo suficientemente amplia como para sugerir que no puede eludir problemas legales similares a los que se enfrentó Basis.
Pero la incertidumbre regulatoria a la que se enfrenta Dai no es la única cuestión en el aire. ¿Realmente puede garantizar que permanecerá estable para siempre? En lugar de dinero fiduciario, su garantía se basa en los ether. Pero esta estrategia es arriesgada, ya que en cualquier momento el precio podría desplomarse y arrastrar a Dai con él. Dai combate este problema con una “garantía superior”: por cada 100 dólares (90 euros) de Dai en circulación, se supone que el sistema debe mantener al menos 150 dólares (134 euros) de ether bajo garantía.
Si el precio de un ether cae por debajo de un cierto umbral, un contrato inteligente vende automáticamente la garantía a cambio de Dai, que luego se retira de la circulación para mantener un “ratio seguro”. La comunidad de MakerDao, que incluye a los titulares de un segundo token llamado Maker también puede votar para ajustar la tarifa de estabilidad, que es el coste de acuñar un nuevo Dai.
En las últimas semanas, esta criptomoneda ha luchado para mantener su estabilidad en torno al dólar (0,89 euros), cotizando a precios tan bajos como 0,96 dólares (0,86 euros). Como respuesta, la comunidad ha tenido que votar tres veces para aumentar la tarifa de estabilidad. Esto sugiere que la cuestión de si es sostenible es más importante que la cuestión de si Dai es un valor. Y si no es sostenible, esperemos descubrirlo antes de que se convierta en parte de la base de un nuevo sistema financiero global.
Fuente: Technology Review